sábado, 29 de agosto de 2009

Redemption

Voy a expiar el pecado de mi ausencia sin excusas y sin disimulos. Últimamente, no me ha apetecido escribir.

A finales del mes de Julio pasé por el hospital para una prueba médica. Yo sabía que estaba sano, pero los doctores siempre te acojonan un poco y quieren hacerte pruebas y tal. Recuerdo hace unos años, cuando estaba en el mejor estado de forma de mi vida, un cardiólogo quiso hacerme un cardiograma y me dijo que tenía un soplo. Joder, y yo entrenando seis días a la semana para ir a competir. Al final no era nada, simpleente el corazón de muchas personas suena "distinto" pero estrenamos una máquina nueva muy chula donde se me veía la patata en 3D.

En fin, que estoy sano como un roble, al menos hasta donde me han mirado (que ha sido, ejem, digámoslo así, bastante profundo). En esta ocasión me sedaron para la prueba con Propofol, que es la misma sustancia que acabó con Michael Jackson, el Rey del Pop. Desde entonces cada vez que me levanto hago un Moonwalk que te pasas, me sale instintivo....

Bromas aparte, desde la última vez que escribí las semanas se deslizan y concatenan, una detrás de otra. No he tenido vacaciones de verano este año, no me corresponden todavía al haber cambiado de trabajo a mediados de Marzo. Ahora en septiembre voy a descansar unos días, y luego en Navidades volveré a mi querida y maltrecha Piel de Toro. Un año después de haber pasado por allí, el shock está garantizado. Pero todo a su tiempo.

No haber estado de vacaciones no significa estar agobiado, y sin nada que contar. Muy al contrario. Yo soy de los que piensan que donde uno tiene que estar a gusto de veras es en su rutina diaria, y que las vacaciones y los viajes exóticos son un extra del cual tenemos que estar enormemente agradecidos. Pero es triste estar todo el año jodido porque te apetece irte a Australia (ojo, que a mí me apetece un huevo, pero qué le vamos a hacer). Hay gente que nunca tiene vacaciones, y otra que no tiene ni para comer, así que no nos podemos quejar, creo yo. Yo estoy a gusto con mi rutina, parece mentira que lleve aquí un año y medio, a veces me parece que acabo de llegar y otras que llevo aquí toda la vida.

Como no todo es Washington, hace poco estuvimos en New York, probablemente la ciudad más importante del planeta (aviso a los antiamericanos y antitodo: no lo digo yo, lo he leído en la Wikipedia). Fue una visitilla relámpago pero estuvo muy bien. Ahí os dejo una foto del Empire State Building




Poco a poco vamos haciendo una vida más completa aquí

Esta última frase suena a chorrada, pero yo hacía años, literalmente, que echaba de menos mirar hacia arriba y maravillarme con la contemplación de un cielo estrellado. Desde hace años, y casi por accidente (gracias a mi madre), me aficioné a la Astronomía, y esta ciencia se ha convertido en una suerte de práctica íntima y cuasi religiosa. Es complicado explicar lo que uno puede llegar a maravillarse con la contemplación del cielo nocturno y al leer y conocer un poco mejor el Universo donde habitamos. Intentar comprender cómo funciona el cosmos (y hacerlo con una aproximación científica y racional) es un ejercicio de apertura y flexibilidad mental que para algunos de nosotros es imprescindible.

En estas, mi mujer y yo (sobre todo ella que tiene mucho tirón y organiza fenomenal) hemos líado a gente para que me ayudasen a traerme mi querido equipo de Astronomía, por lo cual les estoy muy agradecido, porque significa mucho para mí poder disfrutar de esta afición y ayuda bastante no tener que empezar a comprarlo todo de cero de nuevo. Me tiré años, literalmente, construyéndome un equipo bastante decente. Ahora estoy más interesado por la Astrofotografía que otra cosa (ahhh, las fotos, siempre las fotos; debe ser la única expresión artística que me siento capaz de dominar algún día, iluso de mí), así que en breve espero poder colgar alguna foto decente del firmamento. Claro que para eso tendrá que despejarse, el tiempo ha sido caprichoso y raro aquí este año, con muchas nubes, relativamente menos calor que el año pasado, y bastante lluvia. Como aperitivo ahí va una que saqué en la observación del mes pasado con el Club de Astronomía del que nos hemos hecho socios toda la familia (pequeñajo incluído). Es realmente mediocre pero es que yo estaba más centrado en observar que en tomar fotos esa noche.


Vía Láctea, a su paso por la constelación de Sagitario. 15 tomas de 10 segundos, ISO 3200


Además de estas divagaciones mentales, este verano ha estado muy bien porque hemos recibido visitas. El primer año la cosa se colapsa y todo el mundo que tiene que venir viene. No digo que no aceptemos a nadie más, todo lo contrario. Si me conoces y tienes ganas de venir a verme, no te lo pienses dos veces. Si no me conoces, lo siento, te puedo recomendar algún hotel pero no me gusta meter a extraños en casa. De hecho, a veces no me gusta ni meter a algunos que conozco. Pero las visitas que hemos tenido este verano han sido de lujo. Mi hermana pequeña (je, je, ya no tan pequeña), que se ha pegado un viajazo haciendo las Américas, y unos amigos con los que hemos pasado ratos estupendos (Clara, Víctor, me han sabido a poco; es que tenéis mucha vida interior). Supongo que al resto de conocidos, amigos y familiares os veré en Navidades, cuando vaya de visita. Antes de eso, prometido y además porque me apetece, dejaré por aquí alguna de mis divagaciones, y contaré algunas cositas de Washington o alrededores que puedan resultar interesantes.


2 comentarios:

Miguelín dijo...

Juan, me alegro de volver a leerte. Ya te iba a decir que estábamos tardando en ver alguna foto nocturna, espero que no sea la última :)

Clara dijo...

Me alegro volver a leerte ya que, aunque te he visto hace poquito, echaba de menos tu faceta escrita.

Tienes mucha razón con lo de disfrutar de las cotidianas. Y está claro que somos unos privilegiados, así que no me quejaré por haber vivido hoy mi particular vuelta al cole, snif snif.

Hablando de las cosas extraordinarias que hemos vivido este verano, nosotros también lo hemos pasado fenomenal compartiendo momentos con vosotros. Muchas gracias por acogernos en vuestra casa.

A ver si en Navidad podemos repetir una de esas cenas de brainstorming para intentar cambiar el mundo, con las que me he reído como en pocas ocasiones.

Besos a los tres.